miércoles, 25 de enero de 2012

Sin apenas nada que decir


Sin apenas nada que decir,
me gustaría ser como un lagarto,
que hiberna para no morir,
así...
como un raquítico reptil
escondido entre las piedras...
a salvo de todos,
a merced de nadie.

Sin apenas nada que decir,
ni criticar a nadie por sus obras
me gustaría apagar la luz
que me molesta,
la que brilla y la que permanece
la que en perpetua oscuridad
se desenvuelve.


Sin apenas nada que decir,
¿para qué penas?
Me ahorro la energía
de la decepción continua
y dejo la batalla, tan cerca del inicio.

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