domingo, 29 de enero de 2012

Apretar un botón



Es abrir la mente y dejar atrás la capacidad de discernir, equilibrar, evaluar o componer.

Se tata de ser un mero espectador y trasmitir lo que sientes a través de tus ojos. Detectar en uno mismo los conceptos que te inducen a la interpretación para desintegrarlos y mantenerlos al margen.

Usar la técnica intuitivamente, sin pararse a pensar, tan sólo respirar profundamente y sentir, el aire, el olor de la leña, el color apagado de los grises al fondo.

Es encerrarse dentro del anorak y guardar silencio, eliminar los ruidos que nos sobran, constantemente presentes y, en el momento de más calma, apretar el botón, dejar que la luz impregne el mecanismo interno de la cámara como si fuera un animal sediento de ternura; luego, arrojar el sentimiento, el recuerdo latente de lo que se ha vivido.

Aun así, jamás dejas de interpretar la vida. Aun así, jamás alcanzas a revelar lo infinitamente pequeño que te sientes en ese momento. Sólo puedes dar gracias al Universo por haberte traido hasta aquí para ser el sujeto que ha apretado el botón.

(Lompsang Tsering)

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