sábado, 14 de abril de 2012

Herido... no indignado


En mi búsquela febril, casi enfermiza,
de la honestidad, fidelidad y compromiso,
topo de bruces con la realidad convulsa
que me pone alerta sin aviso.

En un cuadrilátero de luchas amañadas
me toca perder de nuevo sin excusa,
e intrínsecamente derrotado en el inicio
beso la lona y temo que caer se torne un vicio.

Cruel e incisiva la verdad golpea
araña el sentimiento con templanza,
firme en su desgarro, fiel a su discurso
siembra de llagas invisibles
el pequeño órgano que me mantiene vivo.

Creo que muero nuevamente,
para renacer después de un nuevo día,
un amanecer gris sin duda,
con olor de azufre pestilente,
con colores muertos y apagados.

Pero hay que caminar sin pena
y soportar la idea de vivir en vela
por hallar una sociedad de "Colectivo"
y aunque muerto, más que vivo,
la esperanza me nutre y me consuela.

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