Uno se cansa.
Aunque parezca que de la noche a la mañana uno se cansa sin motivo
aparente, uno se cansa, así, de improviso, sin más y no es gratuito, voluntario
ni tan siquiera deseado.
Uno se cansa de las mentiras, las artimañas, la mala fe de
las personas, las intrigas, los ambiguos silencios que lo dicen todo sin dejar nada claro, no enfrentarse a la realidad, las ausencias, los vacíos, el desaliento, la falta de respeto…
pero sobre todo uno se cansa de los
interesados.
El interesado es aquel que te pone la mano en el hombro
mientras te necesita y cuando ya ha satisfecho sus necesidades te ignora de la
manera más cruel. ¿Reconocéis el
arquetipo?, en todos los gobiernos de todas las ideologías los hay…. Y proliferan
como la mala hierba, lo malo es que este ejemplo disemina su semilla entre la gente corriente.
Otro es el que se acerca a ti cojeando por un sendero y al observar
su dificultad, le prestas tu bastón por gentileza para que siga el camino menos
fatigado, luego en un ardid por ascender más alto en la cumbre, ese bastón pasa
a ser moneda de cambio para subir un peldaño, en lugar de volver a su dueño.
Normalmente esos individuos son los que no piden nada con palabras para no
tener que devolver favores ni dar las gracias y en la reyerta o acto de
fastidio te miran sobre el hombro y te dicen… ¿Qué esperabas, yo no te he
pedido nada? Cruel ¿verdad?
He pasado del medio siglo y lo he hecho a pié y de pié, me he arrodillado para alcanzar al que por su pena, dolor o causas fortuitas no
se pudo levantar, mientras otros viajaban en carrozas, coches, hasta en
palanquín. Por mi naturaleza he viajado a
pié, con un morral, una manta y sin zapatos la mayoría de veces, en el morral guardaba
el conocimiento, sobre los hombros la manta, poco más, ah! si, lo olvidaba, las palabras de mi padre y las caricias dulces de mis madres.
Todo lo que he aprendido
lo he compartido para que nadie se
sintiera inferior y todos pudieran disfrutar de la igualdad, en las mismas condiciones. Aunque he de confesar que también he sido malo y me he guardado cosas para tiempos peores!!!
No me quejo, ni tampoco es mi intención criticar, todo lo
grande que soy es por comer mucho, disfrutar de una familia inmejorable y enfrentarme a mis enemigos de frente,
intentando que no se notara el miedo… porque miedo si que he pasado miedo y
mucho.
Ahora he llegado a un punto en que no quiero soportar a
idiotas, estúpidos o farsantes. Me canso mucho, es como si estuviera enfermo y
necesitara reposar, como si tuviera una enfermedad incurable a la que debo
prestar toda mi atención para poder acabar tranquilo. Me deprimo cuando veo o
leo las noticias de todos los días, me quedo "KAO" a la mínima actitud de maltrato y no quiero más de “ESO”, porque no se lo que es y en mi cansancio sólo quiero dormir.
Me gustaría andar por la calle y ver a la gente sonreír, pero
sonreír feliz no por un acto de mera cortesía, que también es bueno, me
gustaría estirar la mano y encontrar otra mano tendida desprendiendo afecto…
Creo que ha llegado la hora de enlatarme, como los
tomates o los melocotones en el vientre oscuro de una lata de hierro y
descansar porque estoy muy harto. Mientras, averiguaré que hay en el
recogimiento, quizás encuentro algo que pasaba desapercibido.
Buenas noches.
Que GRANDE eres Jose Maria, y que razon tienes.
ResponderEliminarUn gran abrazo.