Marchito, esperando a desaparecer sin dejar rastro un ramo mustio preside la estancia.
Antes de la despedida en firme y ante el desmayo cruel que le trae el tiempo la cámara capta su inocencia y prolonga su vida unos minutos.
Tal vez renazca de la nada una y otra vez en un círculo perenne ante los ojos del que observa la belleza mustia de la naturaleza .
Una de las entradas de este blog más poéticas y hermosas de cuantas he visto publicadas. Felicitaciones por haber conseguido captar la belleza y la poesía de lo que otros vemos el residuo sin más posibilidad que ir a parar al desecho.
ResponderEliminarGracias por el comentario.... un pasito más de luz y serenidad.
EliminarQue sabia la naturaleza, hasta en su último estadio expone el esplendor de su belleza,con orgullo, con delicia, con humildad, tan solo siendo, no dule, no llora, tan solo es otro paso más. ¿ qué nos falta a nosotros los humanos, para poder observar y transitar tan bello estadio, cercano ala muerte, como otro paso, con orgullo, humildad y belleza, sin dolor. estamos hechos de las mismas moleculas- !ah ! ya entiendo, nos aferramos a ala vanidad, a los sueños frustrados, al no estar. ¿porque no transitamos este estadio con igual belleza y dulzura?
ResponderEliminarQuerida María si al humano le quitas el deseo... le añades la felicidad.
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