jueves, 10 de septiembre de 2020

Ariel, el "Señor Despojo"

 

 

 


Ya andaba como cansado. Era como si el acto de nacer le fuera grande. Fue un gato feral o doméstico no casero, nació en el abandono y aparecía apartado de la colónia junto a un amiguito de la misma edad, Alan (siamés de buena planta). Costó que saliera adelante y fue un pimpollo espabilado con ganas de luchar. En las colónias te encuentras de todo y os aseguro que de lo que más hay son ganas de vivir. Ariel era delicado, pequeño y arisco, nunca se dejaba tocar siendo una ardua tarea desparasitarlo y medicarlo. En su última semana con nosotros se dejó acariciar, es curioso y ya he comentado en anteriores ocasiones este fenómeno que se da en los individuos de las colonias, cuando enferman gravemente o sienten que se van, se acercan, yo creo que a dar las gracias y a despedirse. Ariel marchó con la tristeza de no poder hacer más por él, de tener que tirar la toalla, pero Ariel, se fue acompañado con los mimos de sus cuidadoras. Intuyes que se van, incluso lo esperas, pero qué tristes son las despedidas. 

Me regaló este posado una tarde especial que salió de su espeso escondrijo y se plantó a mis pies para decirme hasta pronto... yo me marcho!!!

 
 
Sorprendentemente Ariel sale de entre la maleza para sentarse a mis pies.
 
 






 

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