miércoles, 25 de abril de 2012

Encontrando emociones "Judith Rothchild"


Buscaba dos libros. Me adentré en una feria, venía cansado de localizar y de hacer los preparativos para un supuesto nuevo proyecto. Me dolían los pies, me pesaba el culo y tenía hambre, pero me detuve a comprar esos libros que a mi compañera le faltaban para afianzar los conocimientos de sus estudios. No pude evitar detenerme en varios tenderetes, libros antiguos, de autor, hermosos libros de grabado a punta seca, media tinta, manera negra... Sentí como el vello de la nuca se erizaba y me detuve un rato delante de unas muestras, la autora me miraba y le sonreí, era extranjera pero supuse entendimiento cuando al mirarme las lágrimas brotaban de mis ojos ante tanta maravilla. Miré sus manos, como las mías pero más hermosas, miré sus ojos inquietos como los míos pero más sabios, mucho más sabios. Me aparté porque un señor impertinente bien trajeado me empujó, como si le ofendiera mi presencia... Bajé la cabeza porque me sentí pequeño ante la hermosura de los papeles entintados y me marché con el anhelo de poder hacer con mis manos lo que había visto hace unos instantes.






Ahora sueño con un tórculo, con entintar planchas de cobre y con el papel, húmedo, esponjoso recogiendo tinta y estampando las imágenes que veo todos los días.



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